En tan solo un año, casi tres millones más. Ya son 68,5 millones las personas las que se han visto obligadas a abandonar sus hogares. Una crisis humanitaria que no deja de aumentar cada año, pero tal y como refleja este Informe Anual los líderes internacionales no solo miran para otro lado sino que muchos parecen decididos a hacer la vida de estas personas aún más difícil.
El año pasado las muertes se volvieron a contar por miles en el Mediterráneo, los gobiernos europeos, entre ellos el español, volvieron a ofrecer refugio a cuentagotas, y casi se diría que a regañadientes. Sin embargo, también en este informe se ofrecen ejemplos que muestran que la inclusión de personas refugiadas también es posible.
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